Día 2: Lecce y Galatina

Habíamos puesto el despertador a las 7’30, pero a las 7 en punto sonaron unas campanas que nos despertaron; es lo que tiene una ciudad con tantísimas iglesias.

En el B&B Cuore Barroco, para desayunar puedes elegir entre ir a un bar que tienen concertado o en la casa, nosotros optamos por ir al bar; el Caffè Alvino está en la Piazza Sant’Oronzo. El desayuno incluye una pasta y un café, nosotros pedimos un capuchino y el pastel típico de la zona que se llama pasticciotto, un desayuno algo escaso, pero el pastel es bastante rico y contundente; el más típico es el relleno de crema.


Sobre las 9’30 comenzamos la ruta por Lecce, en la que principalmente íbamos a visitar iglesias, desde luego en Italia nunca faltan, pero creo que en Lecce todavía habían más. Entramos en las que nos fuimos encontrando, en todas su entrada era gratuita y generalmente su horario en invierno era de 9’30 a 12’30 y de 3’30 a 6’30 más o menos.

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- Un poco de historia -

Lecce es una joya del barroco conocida como la “Florencia del Sur”. La ciudad creció durante cinco siglos bajo el dominio romano en la época de Adriano, que fue cuando se construyó el anfiteatro y el teatro; la caída del Imperio Romano provocó la decadencia de la ciudad, hasta la llegada de los Normandos y más tarde los Angevinos, que con la ayuda de familias ricas, comenzaron a transformar la ciudad.

Durante el siglo XV fue Carlos V quien convirtió la ciudad en un importante centro comercial y fue el encargado de reorganizar la ciudad desde el punto de vista urbanístico, construyendo el castillo, las murallas y un arco de triunfo (hoy llamado Porta di Napoli). Fue en el periodo del Renacimiento y sobre todo del Barroco, cuando la ciudad se enriqueció a base de iglesias y edificios gestionados por el clero y ricas familias.

El resultado de esos años de progreso se conoce como Barroco leccese, que todavía podemos ver en el centro histórico en las fachadas de iglesias y edificios, y que se pudo lograr gracias a la ductilidad de la piedra local, de color dorado y cálido, muy fácil de transformar en auténticas obras de arte.

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En la PIAZZA SANT’ORONZO, que ya vimos ayer, tenemos varios monumentos:

La COLUMNA, lleva el nombre del patrón de la ciudad (Sant Oronzo), erigida por la ciudadanía en 1666, después de una epidemia de peste que había golpeado la ciudad diez años antes.

El SEDILE, lo que queda hoy son los restos del palacio construido a finales del siglo XVI, por un alcalde veneciano de la época.

El ANFITEATRO, iniciado en el siglo I en la época del emperador Augusto y completado un siglo después por el emperador Adriano, con capacidad para unas 25.000 personas. De abril a septiembre parece ser que es visitable.


Comenzamos por una pequeña iglesia en la misma Piazza Sant’Oronzo, CHIESA DI SANTA MARIA DELLA GRAZIA, la iglesia no es gran cosa, pero queda curiosa su fachada rodeada de edificios más modernos.


En Via Vittorio Emanuele, CHIESA DI SANTA IRENE, construida a finales del siglo XVI y dedicada a la Santa Irene (patrona hasta 1656); podríamos decir que es un poco más sencilla que otras que veríamos después.




Siguiendo la misma calle se llega al DUOMO, construido en el siglo XVII sobre una iglesia románica, en el estilo barroco de Lecce con la típica piedra caliza leccese; en esa época se construyó también el Campanille. Horario invierno: 7’30 a 12 y 15’30 a 18. Horario verano: 8 a 12’30 y 16 a 20. En su interior el techo es de madera con bonitos artesonados tallados.










El edificio del fondo es el Palazzo Arcivescovile y el de la derecha el Palazzo del Seminario.


Luego CHIESA DI SANTA MARIA DELLA PORTA o DI SAN LUIGI, pequeña iglesia de planta octogonal cerca de la Porta Napoli.





Callejeamos observando sus bonitos edificios y rincones.




Y finalmente la joya de la ciudad, la BASILICA DI SANTA CROCE, construida entre los siglos XVI y XVII, es la expresión más representativa del barroco leccese, especialmente por la riqueza decorativa de su fachada (que nosotros nos encontramos en obras); en su interior también tiene un bonito techo de madera. Horario: 9 a 12’30 y 16 a 19’30; no dejar la visita para última hora porque a las 19 horas se celebra misa, y durante la liturgia no se puede visitar.



Detalle del techo







Foto: wikipedia.

Alrededor de las 12 dábamos por finalizada la visita, tampoco consistía en entrar a todas las iglesias. Pasamos por el Castillo de Carlos V, pero no nos pareció interesante la visita, este tipo de fortificaciones suelen tener interiores bastante espartanos.

Así que fuimos a la Oficina de Turismo a ver si nos daban alguna idea para visitar algún sitio cercano en lo que quedaba de día; descartamos Otranto porque es casi imposible llegar en invierno con medios de transporte público, descartamos Gallipoli porque estaba a casi hora y media de tren; así que nos decidimos por Galatina que sólo eran 40 minutos y donde nos recomendaron una iglesia, que tras consultar en internet nos convenció.

Fuimos a la estación de trenes, la máquina de billetes era de Tren Italia (esta ruta pertenece a Ferrovie del Sud Est), y justo al lado estaba la taquilla nos vendieron el billete (2’10 €).

El tren estaba anunciado en vía 6, luego llegó uno a la vía 7, y en ese momento quitaron el cartel de la vía 6, y no pusieron nada en ninguna de las dos vías, el tiempo pasaba y quedaba poco para que fuera la hora de salida; así que la gente acabó preguntándole al maquinista.

No nos quedaba muy claro, pero parecía que tendríamos que hacer algún cambio de tren (aunque nosotros pensábamos que era directo). Y así fue, al llegar a Zollino tuvimos que cambiar de tren, dejamos el nuestro de dos vagones en vía 1, para subir a otro de un solo vagón en vía 2, por suerte los empleados responden siempre a tus dudas y además se cruza por encima de las vías; así que no había lugar a confusión.

Al llegar a GALATINA lo primero que miramos, fue el tema de comprar los billetes de vuelta, y menos mal, porque se vendían en un quiosco en el centro, que además cerraba a mediodía; así que lo situamos en el mapa y lo dejamos para después.


Este tren fue el que nos llevó a Galatina.

Al llegar a Piazza Dante Alighieri, que más o menos tenía pinta de ser el centro del pueblo, en el primer sitio que vimos abierto entramos a comer, Pizzicheria, que resultó ser una braceria. ¿Y que es una braceria?, pues es como una carnicería con un mostrador carne fresca, tú eliges, y ellos te lo preparan a la plancha; pedimos cada uno un par de longanizas con patatas fritas, que junto con las bebidas nos costó 18 €.


Tras la comida, vimos que la iglesia de la plaza, CHIESA SANTA MARIA DELLE GRAZIE, estaba abierta (algo raro porque a mediodía siempre cierran), así que entramos; dentro había un grupo de estudiantes y nadie nos dijo nada, dimos una vuelta y salimos.




Como las iglesias abrían a las 4, hicimos tiempo tomando unos capuchinos en la cafetería Bar delle Rose, que está toda acristalada dentro del parque, en la plaza principal.

Una vez fueron las 4, puntuales abrieron las iglesias, primero visitamos CHIESA DELLA MADONNA ADDOLORATA, minúscula iglesia, que no por ello deja de ser bonita.



Muy cerca CHIESA DI SANTI PIETRO E PAOLO APOSTOLI, considerada la Chiesa Madre de la ciudad, está dedicada a los apóstoles Pedro y Pablo, patronos y protectores de la ciudad; la iglesia actual es el resultado de una reconstrucción durante el siglo XVII.




Luego callejeamos para ir a la iglesia que nos había llevado hasta esta ciudad, y que nos habíamos dejado para el final.


Justo pegado a la izquierda de la Basílica, en el siglo XVII se reconstruyó un Convento, para reemplazar un monasterio del siglo XV; tiene un claustro cuadrangular decorado con frescos.




La fachada estaba en obras, pero lo importante de la BASILICA DI SANTA CATERINA D’ALESSANDRIA está en su interior, construida a finales del siglo XIV en una extraña mezcla de románico y gótico. Su interior está todo decorado con frescos, techos, pillares, bóvedas, todo. La iglesia es muy bonita, una pena que no se puedan hacer fotos. Aquí está el sistema de iluminación con monedas, por 2 € se ilumina toda (unos 5 minutos); hay que verla iluminada, si no se pierden muchos detalles, y ya que la entrada es gratuita no me parece mal que tengas que pagar para verla iluminada. Horario: 8’30 a 12’30 y 16 a 18’30. Es muy bonita, había merecido la pena venir hasta aquí.

Foto: wikipedia

Foto: wikipedia

Foto: inapulia.blogspot.com.es

Volvimos hacía el centro, compramos los billetes en Cartolibreria Apostrophe, en Corso Porta Luce, muy cerca de la Piazza Dante Alighieri. Horario: 6’45 a 13’30 y 16’30 a 20’30, domingos 8 a 13 y jueves por la tarde cerrada.

Ya estaba anocheciendo y no sabíamos muy bien que hacer, así que nos fuimos hacia la estación con tiempo de sobra.



Cogimos el tren de las 6’10 que llegó con algo de retraso, en Zollino tuvimos que cambiar de tren nuevamente, pero esta vez ya no nos pillaba por sorpresa.

Una vez en Lecce volviendo al hotel, confiados en que ya nos sabíamos el camino, nos despistamos y dimos una vuelta de más. En el trayecto vimos CONVITTO PALMERI, edificio que originalmente en el siglo XIII fue iglesia y convento, luego a principios del siglo XIX se convirtió en un centro educativo de alto nivel y actualmente alberga la biblioteca provincial.


Pasamos un momento por casa y salimos enseguida a cenar. Ayer vimos uno que estaba muy animado y era al que habíamos pensado ir, pero el lunes estaba cerrado, dimos una vuelta por la zona y solo habían un par abiertos, así elegimos por el clásico sistema, del que más gente tenía.

La idea inicial en Vineria Santa Cruz, era tomarnos un Aperol Spritz y mientras pensar en otro sitio para cenar, pero aunque no nos gustó el Aperol Spritz (no tenía burbujas, cuando es una bebida que lleva vino espumoso o cava y un chorro de sifón), al sopesar si buscar otro sitio o quedarnos, como habían muchos sitios cerrados, estábamos bien y ya eran las 8’30 decidimos no arriesgar y quedarnos.


Pedimos una tabla mixta grade, en la cuenta nos la cobraron como media, pero no dijimos nada porque el Aperol Spritz había sido muy malo (la verdad que para servirlo así mejor quitarlo de la carta). Por lo menos la cena salió bien de precio y la tabla estuvo rica; los Aperol Spritz, alguna cosita de picoteo, la tabla mixta y las cervezas, nos costó 34 €.



Luego tranquilo paseo de regreso a casa, despidiéndonos de esta bonita ciudad, con un casco histórico bastante pequeño, pero que nos había gustado mucho.

Buzón típico de la ciudad, que se encuentra en muchas casas

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